RESTAURANTE GASTRONÓMICA MADRID
Es la primera vez que escribo dos veces sobre el mismo lugar y la primera vez que hago una excepción en mi filosofía de trabajo al incorporar, aquí sí y en el conjunto de la valoración, la decoración del espacio en cuestión. Porque ya han pasado algunos años desde mi primera visita a este hotel, de armónica decoración, que me fascinó por aquél entonces. No en vano posee varios premios internacionales como el mejor hotel boutique del mundo en la categoría de Diseño. Y porque en su reciente ampliación ha mantenido el exquisito gusto que caracterizan los trabajos del interiorista Lázaro Rosa- Violán, manteniéndome el retrogusto en mis aficiones decorativas. Sinceramente, invito a conocer sus espacios, que son elegantes, sofisticados y con un punto ecléctico (misma filosofía en su hermano el Only You Atocha y que por su espectacularidad y sus 7 pecados capitales, muy capitales y muy pecados, dejo para más adelante).
Y el restaurante Younique Lounge incorpora una similar armonía gastronómica en sus propuestas. Porque consigue armonizar (y de paso ampliar su público) una cocina de sabores de ayer y de hoy con una línea más saludable y natural, sin caer en el exceso agotador de esta última tendencia. Es fácil, muy fácil, hacer cocina saludable y natural (o venderla como tal) y fácil también aburrirse con ella. No es el caso aquí y apetece; apetece especialmente en el menú diario ejecutivo (sedoso el salmorejo de mango y papaya con quinoa y brotes de soja…) y disfrutándola en la terraza-patio si hace buen tiempo y si hay sitio, que el delicioso rincón se llena rápido.
Dicho lo cual, me decanto descaradamente por un plato de su carta principal: el arroz meloso de carrillera de ternera a las finas hierbas. Armónico y soberbio, de esos platos con los que levito y las papilas se me revolucionan, con lo que se me revolucionan los sentidos y entro en trance gastronómico, que es lo que me interesa. Ya lo demás no importa, solo el trance gastronómico.
Viniéndome arriba y en ese estado continué con la paella negra de fideo fino al señoret y alioli de perejil (fideos-paella-rossejat-fideuá-alioli siempre me provocan), el tataki de atún rojo, verduritas al jengibre y salsa Teriyaki (vuelta de tuerca al tataki que me chifló) o el más que armónico taco de bacalao marinado a la brasa, salsa meunier y berenjena ahumada, que renovó mi trance con su toque anisado.
La emoción había empezado en el aperitivo con una original espuma de ensalada campera y soda de tomate…, terminó con un plátano con mascarpone y dulce de leche. Se regó, trance mediante, con un Jean Leon 3055 chardonnay 2017, crianza de dos meses en barrica de roble francés, de refinada y sutil madera.
Definitivamente Only You Boutique Hotel se convierte en uno de mis referentes capitalinos, porque es un planazo su brunch dominical, es una gozada su Bar librería el Padrino para momentos gastro y culturetas y es imprescindible-imprescindible su Lounge en cueros (y terciopelo) con propuestas cosmopolitas en coctelería como el The Boutique, Gin Brockmans, perfume de rosas, zumo de arándanos, sirope de lavanda, clara con espuma de cítricos. Ay esa Brockmans que años atrás en armónica primera vez descubrí en esos mismos rincones, en aquella ocasión con hielo y frutos rojos, sin tónica por supuesto.
