Las prendas de Señorita se han confeccionado íntegramente en talleres artesanos españoles, seleccionando con mimo las telas, los encajes y la manufactura, y por eso respiran la autenticidad del estilo español. Todas las prendas se han ideado desde una marca con identidad, corazón y nacionalidad cien por cien española; por eso son tan auténticas y vanguardistas. Confeccionadas con materiales nobles y técnicas artesanas, cada prenda Señorita sublima la herencia española desde la más absoluta contemporaneidad, llenando un hueco que no existía: un diseño moderno basado en el legado español.
Con una cadena de suministros transparente, Señorita es una marca en las antípodas de la filosofía fast-fashion que ha venido a vestir a la mujer poderosa.
Cada prenda de la colección está bautizada con nombre de mujer, porque tiene tanta personalidad como la Señorita que la viste. La chaqueta Carmen combina la elegancia de una americana de sastre con la espectacularidad de unas hombreras que atraen todas las miradas, hechas a mano en un atelier de trajes de torero. Rosalía luce el color insignia de Señorita, el rojo, en un patrón de chaqueta con detalles bordados goyescos, mientras que su versión negra y discreta se llama María. La chaqueta-bolero Manuela es tan original como su corte asimétrico y tan auténtica como sus apliques artesanos de ochos y borlas.
Incluso las prendas más sencillas tienen ese toque genuino de la herencia española, como la clásica camiseta blanca, que en Alma viene con hombreras estructuradas y un pequeño diseño de geranios, (una flor muy querida en España y un homenaje de María Sancho, la creadora de Señorita, a sus recuerdos de infancia), estampado en el pecho.
Lucía es una blusa de encaje rematada con sutiles volantes que respira feminidad y atrevimiento. Antonia reinterpreta la clásica camisa oversize, pero se eleva al máximo con detalles plisados en los puños, que son ostentosamente grandes, igual que el cuello. Los pantalones Eugenia son toda una declaración de intenciones con su bajo acanalado que invitan a pisar con garbo. Y Cristina es el vestido que siembra suspiros a su paso, con su cuello halter de espalda descubierta y su falda de lunares llena de movimiento.